martes, 27 de abril de 2010

LA CIGARRA Y LA HORMIGA



El sol del verano ardía sobre el campo. La cigarra cantaba a toda voz en las largas horas de la siesta, tranquilamente sentada en una rama.
Comía cuando se le antojaba y no tenía preocupaciones.

Entretanto, allá abajo, las hormigas trabajaban llevando la carga de alimentos al hormiguero.


Terminó el verano, quedaron desnudos los árboles y el viento comenzó a soplar con fuerza. La cigarra sintió frío y hambre. No tenía nada para comer y se helaba. Entonces fue a pedir auxilio a sus vecinas, las hormiga.


Llamó a la puerta del abrigado hormiguero y una hormiga acudió. La cigarra le pidió comida.

_ ¿Por qué no guardaste en el verano cuando abundaba? ¿Qué hiciste? _ le preguntó la hormiga.

_ Cantaba _respondió la cigarra.

_¿Mientras yo trabajaba? ¡Pues ahora baila!_ dijo la hormiga dándole con la puerta en las narices.

MORALEJA:

Debemos ser prevenidos y pensar en el futuro, para no vernos luego en dificultades

DON JOSÉ MARÍA

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