En casa de un cerrajero entró la Serpiente un día, y la insensata mordía en lima de acero. Díjole la lima: - El mal, necia, será para ti: ¿ cómo has de hacer mella en mí, que hago polvos el metal?
MORALEJA: Quien pretende sin razón al más fuerte derribar, no consigue sino dar coces contra el aguijón.
CLAUDIA SALMERÓN SOBRINO
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