MI GOZO EN UN POZO

Conejito y su hermanita decidieron ayudar a su familia en las faenas de la casa. En el colegio hacían vacaciones y tenían mucho tiempo libre. Y la primera cosa que se les ocurrió fue ir a sacar agua del pozo para tenerla bien fresquita a la hora de comer.

Pero cuando llegaron al pozo se dieron cuenta de que la polea tenía el eje roto. Conegito pensó que aquella contrariedad él podía darle una rápida solución colocando un palito. Por suerte el abuelo les estaba observando para ver lo que estaban haciendo.

Y claro, en cuanto Conejito creyó arreglada la polea, hizo bajar el cubo, se rompió la ramita y fueron a parar al fondo del pozo los dos, o sea el cubo y él. Por suerte la pronta intervención del abuelo le salvo de tan difícil situación ¡Vaya susto se pego el pobre Conejito!

Después de su oportuna intervención, el abuelo se llevo a los dos conejitos hasta una casa cercana en donde había un herrero trabajando el hierro. Les explico que aquel operario si que les sabría arreglar debidamente la polea. Después de ver su trabajo, Conejito no tuvo inconveniente en ir a buscar la polea. Aquel osito sabia trabajar muy bien toda clase de metales. Y una vez arreglada la pieza los dos pequeños pudieron seguir el trabajó que se habían propuesto. La leccion sirvió de mucho.
MORALEJA:si no sabéis hacer bien algo, no os de vergüenza pedir ayuda a alguien. Seguro que vosotros sabéis hacer algo que los demás no saben. Y es que una mano lava la otra.

Elizabeth Madrid