martes, 27 de abril de 2010

EL CUERVO Y LA JARRA



Un cuervo sediento se acercó a una jarra que contenía agua cristalina y fresca. El cuervo intentó beber pero su pico no era suficientemente largo como para llegar al agua. Lo intentó una y otra vez y cuando estaba a punto de darse por vencido, se le ocurrió un plan. Una a una empezó a tirar piedrecitas en la jarra. Con cada piedrecita el agua subía de nivel, hasta que llegó al borde, y así el ingenioso pájaro pudo saciar su sed.

MORALEJA: La necesidad es la madre del ingenio.

MARIO SERRANO GONZALEZ

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