miércoles, 28 de abril de 2010

PREOCUPADOS POR SALVA

El viernes 22 de abril Salva y yo quedamos en la parada para ir a la escuela. Eran las nueve menos diez y Salva no había llegado, entonces me fui yo solo a la escuela. Por el camino encontré sangre en un paso de peatones, pero no era muy extraño porque en esa zona algunos perros se peleaban. Seguí caminando y encontré una camiseta negra parecida al la que Salva llevó el día anterior a la escuela. Cuando llegué a la escuela estaba preocupado por mi amigo porque en el recreo todavía no había llegado. Al salir de la escuela me fui por otro camino para ver si encontraba más pistas. Al pasar por la esquina encontré otras gotas de sangre. Las seguí pero no llegaban a ningún lado. Por la tarde llegué a casa de Salva, me dijeron sus padres que no estaba. Entonces me fui a buscar a Salva por todo el pueblo. Llegué, de noche, a una casa abandonada. Allí miré en todas las habitaciones del piso de abajo, pero no había nada, subí arriba y en la terraza estaba Salva inconsciente y alrededor cuatro perros con unos colmillos muy afilados. Cuando los perros se fueron a buscar comida cogí a mi amiga y me lo pusé en la espalda. Lo dejé en un banco del parque y llamé a la ambulancia. Cuando la ambulancia llegó me subí con él y lo llevaron al hospital. Le curaron las heridas y al día siguiente volvió a casa. Salva me contó que ese día tenía que ir al médico y fui más tarde. Cuando iba hacia la escuela, unos perros me olieron el bocadillo y me atacaron porque no se lo quería dar. Yo salí corriendo y me caí en la acera, los perros me arrastraron hasta la casa abandonada. Se comieron el bocadillo y por la tarde fueron a buscar más comida, entonces me rescatasté tú.

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